• December 5, 2024

Call of Duty- Modern Warfare 3 (2023) – Análisis

La campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 sigue la historia justo donde lo dejamos en Modern Warfare 2 (2022), con la Task Force 141, el equipo liderado por el Capitán Price, poniéndose en marcha para dar caza al temible y peligroso Vladímir Makarov, uno de los antagonistas más brutales y despiadados que la saga de Activision ha brindado jamás. Y, de hecho, hasta nos atreveríamos a decir que es uno de los villanos más emblemáticos del first person shooter gracias a su sangre fría y su pura maldad. Teniendo esa premisa como punto de partida, la historia de esta entrega, que corre a manos de Sledgehammer Games, se desarrolla a pasos agigantados sin siquiera darse tiempo a sí misma para respirar para que la tensión del relato tenga un in crescendo lo suficientemente eficaz como para mantener al jugador pegado a la pantalla.

Una campaña vacía carente de espectacularidad que se convierte en una experiencia en miniatura de Call of Duty: Warzone, DMZ y operaciones especiales

El principal problema, de los muchos tiene, el modo historia de Call of Duty: Modern Warfare 3 es que no es capaz de replicar en ningún caso la espectacularidad hollywoodiense que se suele ver en la saga. A pesar de que las campañas de Call of Duty no suelen ser el elemento más jugado de los títulos ni tampoco lo más esperado por la comunidad de usuarios, Activision siempre logró crear relatos capaces de hacer sentir y hasta con características lo suficientemente pulidas como para acercarse a productos firmados por cineastas como Michael Bay. La campaña del Call of Duty: Modern Warfare 2 original, publicada allá en 2009, era un ejemplo de ese tono palomitero y épico que la compañía detrás de esta exitosa saga podía alcanzar con una serie de niveles, bañados con bandas sonoras memorables llegando a contar con hasta Hans Zimmer, cargados de buenas dosis de acción y hasta de drama, poniendo a los principales protagonistas en apuros.

Call of Duty: Modern Warfare 3 (2023) carece totalmente de ese espíritu que, con el tiempo, se ha ido diluyendo en la saga, pero jamás a estos niveles tan bajos. Intercalando niveles guiados con escenarios de “mundo abierto” (luego entramos en ese punto), Sledgehammer presenta una propuesta vacía que aun contando con un villano como Makarov es incapaz de transmitir nada a quien se pone a los mandos. Es más, la campaña más bien parece un oasis nostálgico para aquellos jugadores que pasaron cientos y cientos de horas en la era de Verdansk en Call of Duty: Warzone (entre los que nos incluimos), puesto que hay una gran cantidad de misiones que se ubican directamente en puntos específicos y claves del mapa destruido con la llegada de Call of Duty: Vanguard.

Y no os vamos a engañar, por supuesto que es un lujo volver a ese escenario para echar unos tiros; poder sobrevolar la mítica presa de noche, asaltar la prisión con gafas de visión nocturna o recorrer el espectacular estadio de Verdansk es un chute de felicidad indescriptible.

Pero lo malo es que solo dura un suspiro y no aporta nada a lo que vendría a ser el nuevo Modern Warfare 3 (2023). Recortar partes de un mapa de éxito no es suficiente como para poder tirar del carro de una campaña que hubiera necesitado un poco más de cocción y que, por otro lado, tiene un aroma de DLC de Modern Warfare 2 (2022).

Las campañas de Call of Duty nunca han destacado por su gran duración, de hecho funcionan generalmente como un tiro gracias a esa inyección concentrada de adrenalina que pinchan a su comunidad. Pero como os comentábamos, efectivamente la duración de Modern Warfare 3 es extremadamente escasa: con cuatro horas, yendo tranquilos y explorando, podemos completar el juego en dificultad normal. Eso no da demasiado tiempo a que la historia, en sí, pueda tener un desarrollo óptimo, puesto que todo ocurre de forma precipitada para poder llegar a tiempo al “clímax” y cumplir. En términos de duración y calidad narrativa, Modern Warfare 3 dista mucho de ser un buen Call of Duty, y desde luego es el peor del reboot de Modern Warfare iniciado en 2019. Lo bueno, eso sí, es que las cinemáticas siguen siendo un verdadero lujo, porque se ven increíbles, así como la mayoría de sus escenarios que a nivel gráfico siguen la tónica de Modern Warfare 2 (2022).

Entrando ahora en términos de jugabilidad, lo cierto es que Call of Duty: Modern Warfare 3 se siente increíble a los mandos. Ya os lo contamos en la beta del multijugador que tuvo lugar el mes pasado en consolas y PC, pero es que la calidad de movimiento que tiene el título da ganas de jugarlo aunque no sea el mejor, y eso es un punto a su favor. Bien es cierto que es un tipo de movilidad que ya teníamos en Call of Duty: Modern Warfare (2019), en Call of Duty: Warzone (2020) y hasta en Call of Duty: Black Ops Cold War (2021), pero los retoques que ha hecho Sledgehammer Games son excelentes y controlar a los personajes se siente fenomenal, lo que también se traduce en un gunplay sólido y efectivo que hará las delicias, sobre todo, de los más veteranos y los amantes del battle royale que salvó a Call of Duty durante la era de pandemia.

Pero no vale con solo corretear para que los niveles sean atractivos, y ahí viene otro patinazo de Activision. Esas misiones no lineales que se prometían antes del lanzamiento del título funcionan a medio gas. Son niveles divertidos que permiten a los jugadores disfrutar de esa movilidad excelente con tiroteos planteados de forma más libre, con cada cual ejecutando las estrategias que crea pertinente para acabar con los rivales. Sin embargo, esos niveles en sí no dejan de ser pequeñas operaciones especiales sueltas que vendrían a ser experiencias a tamaño reducido de Warzone o DMZ. Tenemos varios objetivos a completar y los enemigos campan a sus anchas, y nosotros debemos explorar para conseguir armas nuevas y mejores, rachas de bajas, placas, chalecos de blindaje y hasta accesorios para utilizar las cuerdas del battle royale para ascender o descender de edificios, grúas o barcos. Hasta hay cajas de armamento para cambiar armas, como si fueran las clases del multijugador.

En otras palabras, que esas misiones no lineales pueden traducirse como partidas de Warzone contra la IA (que, por cierto, la inteligencia artificial deja mucho que desear). Podemos abrir cajas de loot para encontrar armas de rarezas superiores con más accesorios y complementos, mejorar nuestra armadura y hasta pedir apoyos aéreos de VTOL o bombardeos sigilosos. Y hay un ingrediente que seguro que levantará ampollas entre la comunidad de jugadores, si es que no lo está haciendo ya: la mayoría de armas que tenemos a nuestra disposición en la campaña son armas de Call of Duty: Modern Warfare 2 (2022). Se dijo en su día que todo el contenido multijugador de este último juego pasaría a Modern Warfare 3, pero no esperábamos que la propia campaña estaría cargadísima de contenido ya visto el año pasado.

No es que el arsenal de Modern Warfare 2 sea malo, en absoluto. Simplemente esperábamos tener sólo el nuevo repertorio de armas disponible en lo que respecta al apartado campaña. En cualquier caso es búsqueda de recursos constante en los niveles no lineales, que se intercalan con los lineales de toda la vida, hacen que las partidas sean un poco más dinámicas y el factor rejugabilidad sea positivo, porque se puede hacer frente a cada misión de forma completamente diferente. Podemos completarlas en sigilo o repartiendo tiros a diestro y siniestro según queramos. Con todo, empero, faltan muchos buenos ingredientes para que esta campaña de Modern Warfare 3 esté a la altura de sus predecesores. El impacto que ha tenido Warzone en la franquicia ha sido tal que hasta las misiones ya se plantean con despliegues en paracaídas para que los jugadores recojan loot del suelo y vayan en busca de armas de rareza superior tirando hasta rachas de bajas y usando kits de autoreanimación.

Conclusiones de la campaña

La campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 se puede entender como un buen calentamiento para la nueva etapa de Warzone que está por llegar, con el rumoreado (que no oficial) regreso de Verdansk y la introducción de Urzikstan, el nuevo mapa. Pero en lo que se refiere a calidad de historia, épica y fuerza narrativa impulsada por la acción blockbuster que tanto caracterizaba a entregas anteriores, Sledgehammer Games no ha dado en el clavo.

Sledgehammer Games logra solucionar todos los problemas de Modern Warfare 2 (2022), pero no solo se vive de nostalgiaVenir de Tragamonedas Gratis Online

El multijugador de Call of Duty: Modern Warfare 3 es un océano de sentimientos encontrados. Por un lado, tenemos la corrección del movimiento de Modern Warfare 2 (2022) que la comunidad venía pidiendo desde hacía meses y un gunplay pulido que recuerda a la jugabilidad que tuvimos disponible en la era de Call of Duty en 2019. Como os comentamos en nuestro repaso a la campaña, y también en nuestras impresiones de la beta, los operadores van volando por el mapa. Los deslizamientos se sienten geniales y los enfrentamientos son dinámicos, frenéticos y destinados a favorecer al usuario que demuestra más habilidad en el terreno de juego, sin ofrecer desventajas a aquellos que saben moverse como pez en el agua a lo largo y ancho de las partidas. Y meter el funcionamiento tradicional del minimapa ha sido una bendición.

Podemos usar las armas de Modern Warfare 2 (2022) desde el minuto uno.

En lo que atañe al apartado jugable, en lo que respecta a sensaciones a los mandos, no hay nada que objetar a la obra que ha firmado Sledgehammer Games. La movilidad es extremadamente fluida. Si nos permitís la comparación, manteniendo las distancias y entendiendo lo que diremos como solo un ejemplo, moverse libremente por Modern Warfare 3 da el mismo placer que balancearse por Nueva York en Marvel’s Spider-Man 2. Podríamos pasar horas y horas haciendo Slide Cancel y disfrutando de la increíble agilidad de los personajes para trepar o superar obstáculos. Pero, claro, tener eso acompañando de un conglomerado de mapas viejos, que pueden estar todavía presentes si uno se ha pasado de vez en cuando por las entregas originales vía retrocompatibilidad de Xbox, quizá no es lo más indicado. Aunque eso sí, los mapas están remasterizados con las adiciones típicas (puertas, nuevos muros y atajos) y una paleta de colores mejorada que se agradece.

El multijugador de Modern Warfare 3 tiene todos los ingredientes jugables para ser una obra maestra de la saga: es arcade, es rápido, con acercamientos constantes a los enemigos y situaciones de peligro al frente con un equilibro bastante ideal de arsenal propio, pero el problema es que no tiene ni un solo mapa nuevo de lanzamiento y todos los escenarios, repetimos, son los clásicos de Modern Warfare 2 (2009), lo que no está mal para unas horas, pero al final el factor nostalgia se termina y las novedades en ese aspecto brillan por su ausencia. Y no nos malinterpretéis, porque el diseño de esos mapas es excelente (salvo cuatro contados, como Derail, Wasteland o Estate, que se hacen un poco cuesta arriba) pero sobre el papel, es un contenido adicional que iba destinado claramente a la anterior entrega de 2022, porque no olvidemos que esta es la tercera entrega del reboot de Modern Warfare, y esa tercera parte ya tenía sus mapas originales.

¡La votación de mapas está de vuelta por fin!

Además se siente bastante raro que desde el minuto uno del multijugador ya podamos ver deambular por los diferentes mapas las mismas skins que llevamos meses viendo en Modern Warfare 2 (2022), por no hablar de las armas, porque también podemos usar las del pasado Call of Duty aquí con un ligero balance para readaptarse a la movilidad actual y las características que Sledgehammer Games ha implementado (aquí, por ejemplo, sí se puede cancelar la recarga), cosa que hasta la fecha sólo habíamos podido ver en Warzone. En cierto modo, el multijugador, a pesar de sentirse fresco gracias a su jugabilidad, también se siente reusado por sus mapas, cosméticos y parte del arsenal. Hasta las rachas de bajas siguen siendo, grosso modo, las mismas con poquísimos añadidos notables. Venir de Tragamonedas Gratis Online

Unos zombis atrevidos y diferentes, pero carentes de intensidad y demasiado ‘warzonificados’

El modo zombis, por su parte, viene con un nuevo enfoque arrastrando las mecánicas y estructuras de DMZ, el modo de extracción que se lanzó con Call of Duty: Warzone 2.0. Bajo el sello de MWZ, Treyarch presenta una apuesta de mundo abierto en el que los jugadores deben completar una serie de objetivos distribuidos por el nuevo y futuro mapa de Warzone en diciembre, Urzikstan (que lleva filtrado por lo menos desde 2020). Trabajando en equipo o en solitario, la tarea es ir completando misiones para extraer armamento, ítems y todo tipo de materiales que nos permitan mejorar nuestro equipamiento para así hacer frente a las oleadas de zombis con mayor facilidad. El único problema a todo esto, y es bastante grande, es que apenas hay intensidad y el modo en sí se siente como una especie de spinoff con no muertos de DMZ. Carece de su identidad y del sello de antaño.

Los zombis de mundo abierto se sienten muy diferentes, al estilo DMZ.

La principal característica, o por lo menos la más destacable, de los modo zombis de Call of Duty es que eran especialmente intensos e iban in crescendo en base a un juego por rondas. Poco a poco, a medida que avanzaban esas rondas, aparecían más zombis, más monstruos y su resistencia (y hasta su inteligencia) mejoraba. El modo zombis era un reto complicadísimo al que había que echar tardes enteras para completar una sola partida con éxito, si es que nuestra idea era hacer el easter egg de turno, que era un verdadero dolor de cabeza. En MWZ, esa intensidad se ha desvanecido a cambio de mostrar Urzikstan en primicia y de permitir a los jugadores abordar los combates a su gusto. Las oleadas y dificultad dependen de la misión y el área en la que estemos, por lo que, como si esto fuera Diablo, hay que andarse con cuidado y equiparse bien antes de adentrarse en según qué zonas.

Con puro espíritu de juego de extracción, el modo no está mal en líneas generales, y tiene múltiples elementos tradicionales: mejoras para las armas, habilidades, monos explosivos, la caja de armamento aleatoria… Pero el modo ha pasado a estar totalmente ‘warzonificado’ y su esencia se ha perdido por completo. Las sensaciones que está dejando Modern Warfare 3 (2023) son confusas y un poco amargas, porque se ve el potencial que tiene el juego, pero no llega a explotarlo bien, y por el contrario se siente genial a los mandos. Valga destacar que, cómo no, el análisis se ciñe a esta primera temporada del juego. Dentro de unos meses la historia será completamente diferente porque se habrán incorporado mil contenidos más a través de parches, como ocurre habitualmente en cada Call of Duty desde hace años. Y puede que para entonces la cosa haya pegado una mejora muy sustancial, como ocurrió con Warzone 2, ahora llamado solo ‘Warzone‘ a secas. Pero, de momento, las sensaciones son un poco agridulces.

Conclusiones del análisis de Call of Duty: Modern Warfare 3

Manteniendo el cierre de la campaña y las adiciones del multijugador y el modo zombis, este Modern Warfare 3 se ha quedado a medio gas en muchas cosas y su lanzamiento está absolutamente empañado por esa etiqueta de DLC que merodea a su alrededor. Tiene muchísimos elementos jugables buenos, y es uno de los más placenteros a los mandos; es ágil, fluido y veloz, manteniendo su esencia arcade. Pero como Call of Duty nuevo, no trae demasiadas novedades y la mayoría de elementos son reciclados.

Hemos realizado este análisis en Xbox Series X gracias a un código que nos ha proporcionado Hill+Knowlton Strategies.